martes, 11 de noviembre de 2008

¿Y ahora qué? por Mariángeles Cantalapiedra

No hay crisis para tus ojos de ceniza, no hay nada que nuble su silencio. Sin embargo, gritan y, después, derraman su hambre de justicia… Y todo, con la dulzura con que tú posas cada mañana la bulimia de la depresión. Ésa que mata tan lentamente como el veneno de la desesperanza.

Hace tiempo que llegó el declive a tus bolsillos agujereados de sueños, desprovistos de ganas para seguir el camino del viento. Sólo el rumor del oleaje en tu ventana hace que levantes tus ojos de ceniza para entender la carestía que llega desde tiempo atrás y que tú escondes para no asustar el vuelo de la paloma.

Paseas la soledad cuando el asfalto se halla imberbe de ruidos y, en botánico, achantas la nana que tú mismo seduces en días grises como éste. Justo, el mismo día en que el paro llama a tu puerta; llega el recibo del gas, la luz, el agua y así hasta que los plomos se apagan y el grifo deja de gotear la savia de tus pareces.

"¿Y ahora qué?" Te dices mientras los versos pueblan tu boca ávida de amores no compartidos… Más la crisis no entiende que en tus entrañas crezca una flor que has de alimentar… Y, es que tus manos están vacías "¿Qué hago?" Vuelves a repetirte sin que el silencio silbe su susurro cotidiano.

… Mientras, tus ojos de ceniza descansan en el brete de una carestía inagotable…

"¿Y ahora qué?" Vuelves a repetir entretanto la niebla te va engullendo.




Mariángeles Cantalapiedra

No hay comentarios: