jueves, 20 de noviembre de 2008

Lola baila en tiempos de crisis por Mª Ángeles Cantalapiedra

-Bien, os vais a poner en dos filas, una enfrente de la otra… Por favor, ¿qué hacen esas dos señoras del fondo?
-¡Hola! Yo soy Lola y esta mujer tan reducida que está a mi lado es Mari Pili. Somos nuevas y tenemos el ritmo metido en el cuerpo. Haremos un gran papel.
-¡Bienvenidas, Lola y Mari Pili!... Hoy vamos a comenzar con el ritmo del…
-Seño, disculpe, ¿podíamos comenzar con una jota? Mari Pili fue campeona de salto de potro en el colegio y la jota la borda.
-No, Lola. Comenzamos con unos pases de tango. Poneros en parejas. Mano en el hombro, pierna izquierda en la entrepierna del compañero.
-Seño, seño, yo a Mari Pili no la meto la entrepierna, me parece de mal gusto.
-Lola, cállate que nos van a echar.
-No, mona, no nos echan. Hemos pagado.
-Lola, que son clases gratuitas.
-¡Ostras! Qué guay, no me lo habías contado. ¿A quién has engañado?
-¿Cómo qué a quién he engañado? A nadie. Pagamos nuestros impuestos y tenemos derecho a ciertas prebendas.
-¿Qué prebendas ni que gallo muerto, Mari Pili? A mi Pepe le quitan un Potosí de su sueldo todos los meses para bóvedas de alianzas y decoración de despachos ministeriales aprovechando ahora que estamos en crisis. Así que de gratis ná. En resumiendo, no nos pueden echar, hemos pagado… Seño, seño…
-¿Qué, Lola?
-Mientras bailan el tango y se meten piernas unos a otros, ¿Mari Pili y yo podemos bailar la jota? Mari Pili baila, baila, que vean qué gracia tienes…
-Lola, qué vergüenza. Cállate.
-Mari Pili no me seas estrecha. Nunca habrás tenido un aforo como éste para lucir la agilidad de tus piernas de cabritilla.
-¡Lola!
-Me callo, me callo… Seño, que nosotras también bailamos el tango, pero sin meternos piernas ni nada.
-Bien, gracias… A ver si podemos comenzar. Echad el cuello para atrás y…
-Seño, yo no puedo, tengo las cervicales hechas papilla.
-Pues que lo haga tu compañera.
-¿Mari Pili? Imposible. En el año de la tos se compró una moto y del castañazo que se pego mientras buscaba el freno, ya la ve cómo quedó… Mirando a Guipúzcoa.
-¿Qué yo estoy torcida, Lola? Mentirosa, estoy como una estaca de tiesa… Venga, ya verás cómo luzco.
-Mari Pili no quiero tener la sensación de estar bailando con el palo de la escoba. Yo vengo a clase para dar rienda suelta a mi crisis.
-Yo no soy ningún palo de fregona.
-Has dicho que estás más tiesa que una estaca, nena. Lo que es lo mismo que bailar con el palo de una escoba, con la diferencia que tus pelos son naturales y los de mi escoba, como no puedo gastar por la crisis, son sintéticos.
-Lola y Mari Pili, por favor, fijaros un poquito, Estamos bailando un tango no un chachachá.
-¡Toma! ¿Tú sabías que sabías bailar el chachachá, Mari Pili?
-Hasta el meneito sé bailar Lola.
-Cuánto te admiro, Mari Pili. Eres completísima. Yo sé los pases esenciales del chotis a la turca. ¿Te los enseño?
-Lola y Mari Pili, por favor, seguid el ritmo de la clase.
-Sí, sí, perdón, seño. Es que Mari Pili es un poco torpe, pero no se preocupe, yo, yo…
-¿Tú, qué, Lola? Me tienes harta. La que no sabe hacer nada eres tú, no yo. Mira qué pirueta doy, parezco un vuelo sin motor… ¡Ay!, ay qué leche me he dado, Lola, ayúdame.
-Seño, seño, pare la clase. Mari Pili se ha estocinado… ¿Mari Pili, por qué no te echaste un poco de gasolina, mujer?
-La crisis ha subido el precio de la gasolina, Lola… Ay, ay, cómo duele.
-No llores mujer. La crisis no existe en el buen humor. Venga, levántate y bailemos la jota anti recesión.

MªÁngeles Cantalapiedra

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